domingo, 8 de abril de 2018

Mi libertad tiene un precio?

Pasaba por unos tiempos difíciles, el hielo que había creado dentro de mí me dolía por dentro.
Un trabajo que prometí hacer poco a poco.

Y reapareció él, en un primer momento no di importancia a nada, sus movimientos parecían ir en una sola dirección (la típica dirección).
Supongo que él supo tocar las teclas correctas, para crear una llama en mí, en el puto Polo Norte.
(aunque yo me resistí máximamente*)     *Debía poner una palabra suya.

Me hacía reír, me sorprendía, planeaba mientras yo le miraba desde la tierra con la boca abierta, tenia ansia de mi, de devorarme, morderme sin parar, cada noche...
(mentiría si dijera que yo no sentía esa pasión)

Después de comprobar que él seguía insistiendo y sobretodo, que yo deseaba demasiado esos besos, me dejé llevar.
Quise ser libre, desprotegerme por una vez,
obviamente sabiendo que tenia posibilidades de romperme...
Vivirlo y dejar la barrera a media asta...

Una tarde acabamos devorándonos,
articulando palabras con pasión
y con un desenfreno que luego me devolverían como un Frisby.

Pero lo que pasó después, aún me cuesta de relatar...
Su ansia pasó a ser mi ansia,
mi deseo ya no era compartido
la barrera ya no podía subir,
él conocía parte de mis heridas
y había articulado el "no solo es sexo",
yo había sentido el placer de creer
y por supuesto, con ese golpe
me rompí.

No solo por él,
por las palabras.
Todas las palabras, tal y como yo había asegurado, estaban vacías
y llenas, a su vez, de las ganas incontrolables de conseguir su objetivo.
(ahí estaba esa típica dirección)

Y creedme si os digo, que no soy fácil de convencer, conozco las trampas del juego.
Os aseguro que nunca me había creído nada,
quizás esa pasión, esa insistencia era una carta que no conocía.

Caí, como una idiota.
Y ahora, cómo iba a creer en ellos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario