Pérdida.
Lo
admito, no sé qué quiero y perdónenme, no tengo prisa por saberlo.
Existen
heridas, están ahí, las siento.
Necesitan
cuidados, ser escuchadas, dejarse cicatrizar...
Requieren tiempo, porque a veces son heridas que ni siquiera yo reconozco.
Que solo
en este espacio de calma se me deja entrever que aun están por sanar...
Y debemos
admitir algo, aunque las heridas estén bien curadas, siguen ahí, a veces nunca
acaban de desaparecer, a veces requieren más tiempo
del que tú quieres darles...
Y en este
tiempo de calma, entre risas, paisajes preciosos, aventuras y telenovelas
disparatadas, sigo cultivándome y creciendo.
No dejaré de
sorprenderme ni de gustarme con ello.